Toque de campana

Enfermera Mina Mercromina (Asun Cebrián)

Un súper momento emocionante como pocos fue el que viví con el enfermero Baldomero (Luka Soriano) en Hospital de día de La Fe. Habíamos terminado ya nuestra intervención en este servicio y nos estábamos despidiendo del personal cuando Aurora, la supervisora, nos pidió que nos quedáramos. Una niña iba a tocar la campana, puesto que ya había terminado su tratamiento. La esperamos junto a la campana. Cuando viene hacia nosotros me doy cuenta de que no la conozco, no es de las niñas que conocemos del hospital. Tiene unos 12 años. Comenzamos a hacer una música y ella muy seria, se acerca a la campana y tímidamente la toca. Yo le insto a que lo haga más fuerte. Y comienza a hacerla sonar cada vez más fuerte. De las habitaciones asoman muchas cabezas con ojos ilusionados, esperanzados, emocionados y cuando la campana para de sonar, todo el servicio se funde en un aplauso inmenso. Tras este momento, su mamá da las gracias a todo el personal y nosotros, con nuestra música alegre, las acompañamos a la puerta con el pálpito de las emociones vividas y el reconocimiento de que, por momentos como este, estoy enamorada del oficio de payasa de hospital.

Asun Cebrián (Enfermera Mina Mercromina)

Anuncio publicitario

Caras de milagrito

Doña Urgencia (Jimena Cavalletti)

Aquel día en el Hospital La Fe, nos encontramos con Eva, una niña de 5 años con hidrocefalia. Me acompañaba la Doctora Vacuna (Laura Suñer). Hacía muchísimo tiempo que no actuaba en Reanimación y mayores de 4 años. A mí particularmente, es un servicio en el que me gusta trabajar y ese día fue una gozada. Nada más empezar, antes de la transmisión, les regalamos un buen cóctel de malos chistes a las enfermeras. A Vacuna aun no la conocían y a Urgencia, tenían mucho tiempo sin verla. Cuando comenzamos a recorrer los boxes, un séquito de personal nos seguía para ver nuestra labor de cerca. Llegó el momento de ver a Eva. Estaba muy muy flojita. La acompañaba su madre. Nuestra intervención empezó desde la dulzura total, muy suavecito, porque a la niña hasta le costaba mantener los ojos abiertos. Poco a poco apareció la Doctora Vacuna y los ojitos de Eva empezaron a enfocarse. La señora Vacuna se acercó a un perrito de peluche que la niña tenía agarrado y lo invitó a bailar. Los dos comenzaron con un paso para acá y otro para allá, luego giros y saltos. La pequeña estaba cada vez más enfocada y despierta. De pronto comenzó a sonreír hasta reír. ¡Impagables las caras de milagrito de su madre y del personal sanitario!

Jimena Cavalletti (Doña Urgencia)

Un oso en la cama

Auxiliar Analista (Txetxe Folch)

Visitamos a Arturo, de 8 años, con un osteosarcoma (un tipo de cáncer de hueso). Se encontraba en Cirugía Pediátrica del Hospital La Fe. Tiene injertado el pie a la altura más o menos de la pantorrilla para regenerar y después le reconstruirán la pierna. Bueno, una cosa de mecánica increíble. Es impresionante. Antes de entrar mi compañera me indica que entremos despacito y preguntemos antes, ya que es un caso “especial” por la situación emocional. Así que entramos con delicadeza con nuestro: ¿Se puede pasar…? Nos permiten la entrada con alegría. El papá y la mamá están expectantes y apagan la tele. Este gesto facilita un montón nuestra intervención. Arturo nos hace caso… a medias, hasta que me atrevo a dejar más suelta a Analista (mi payasa), con la esperanza de captar su atención. Gracias a las indicaciones de la enfermera Mina Mercromina (Asun Cebrián), Analista se pasa al otro lado de la habitación, se sienta en el sillón, hace bromas con los papas, hasta que, stop: “¡HAY UN OSO EN LA CAMA! ¡CON EL MIEDO QUE LES TENGO!!” ¡¡¡Y Pam!!! Dimos en el clavo. Vuelvo corriendo al lado de Mina, balbuceando. Espero que el oso no se despierte, así que el niño, con el pie “bueno”, comienza a mover al oso, hasta que se lo acerca a la mano, y nos lo tira. Analista y el oso luchan como locos. Felizmente, Mina interviene y duerme al oso, que a veces se despierta. Total. Al fin, lo dejo dormido al lado del niño, sabiendo que él, lo empieza a mover de nuevo con el pie para tirárnoslo otra vez. ¡Buah, qué libertad de humor y de juego! Sin prejuicios y con un poco de provocación, permitimos que el valiente niño, pudiera atacarnos con su oso de peluche, y se riera de lo lindo… ¡Genial!

Txetxe Folch (Auxiliar Analista)

Aprendiendo a bailar

Doctora Zirujuana (Mariló Tamarit)

Vemos a Séfora, de 12 años. Tiene un síndrome raro parecido al Down. Está en la Unidad de Escolares Quirúrgicos del Hospital La Fe. Lleva un halo en la cabeza, ese dispositivo ortopédico que se utiliza para inmovilizar la cervical y mantener el cuello en su sitio. Su aspecto es bastante impactante, pero ella es toda salero y amor. Nos dice Fina, la enfermera encargada de darnos la información, que no para de decir lo mucho que le gustamos y que está súper pendiente del día que vamos.

Ese día el Doctòs Cápsulo (Jaume Costa) y yo, entramos a su habitación y está comiendo. Ella toma solo triturado. La madre nos pide que volvamos cuando haya terminado porque se puede atragantar de la risa… Pero a Séfora eso no le viene nada bien porque piensa que igual ya no volvemos. Entonces manda a su madre en nuestra búsqueda por el pasillo: “Ya ha terminado, podéis pasar que está esperándoos…” y allí está ella con una sonrisa inmensa, dispuesta a ver cualquier cosa que hagamos.

Le explico a Séfora que Càpsulo está aprendiendo a bailar y que voy a cantar una canción preciosa para que él baile… sin darse ningún golpe. Toco y canto “Instrucciones para bailar un Vals” de El Kanka:

«Debes aprender primero a mover un pie / y después el otro para no desentonar / pensar demasiado no hace falta / hay que dejarse llevar / y acordarse siempre de ir siguiendo el compás…»

Como veis, es idónea para un torpe bailarín como Càpsulo. ¡Encima cada dos por tres se le cae el pantalón y se le ven los calzones de corazones! Séfora no puede disfrutar más. Se ríe, se encana, suspira, comenta… Cuando se encana le preguntamos a la madre si vamos bien y nos dice que sí, pero, bajamos un poco el nivel porque tiene mucho peligro… Nos cuesta mucho irnos. Ella pide más. ¡Ufff… divina!

Mariló Tamarit (Doctora Zirujuana)

Cada dia millor

Doctós Càpsulo Prentendós (Jaume Costa)

Aurora es una xiqueta de 10 anys que va tindre un accident de tràfic amb varies lesions, entre elles un TCE (Traumatisme Craneoencefálico). La primera vegada que la varen vorer anava amb el Dotor Max Recetax (Sergio Claramunt) i Aurora estava  en la UCI del Hospital La Fe. En la transmissió ens van dir que no connectava massa. Li van fer música m’entres sa mare plorava. Visualment no connectava però sa mare ens va donar les gracies i va dir que si li havia arribat. 

Quatre dies desprès la vaig vorer amb el Professor Microscopio (Ventura Cano) i ja estava en planta. La meua sorpresa va ser que ja connectava, i fins i tot contestava amb la ma i  el dit cap amunt o cap avall a les nostres preguntes en senyal de ok o no. En vaig quedar bocabadat i molt content de vorer la seua evolució en tan sols quatre dies. Espere que siga algo que passe freqüentment, però jo no ho havia observat fins ara en ningú.

Setmanes més tard la vaig tornar a vorer amb Microscopio i ja parlava. Van fer una improvisació on Micro espantava a Càpsulo digen que hi havia un bitxo. Ella es reia i va entrar al joc, fins i tot espantava ella directament a Càpsulo digen «un bitxo» varies vegades… UUUAAAUUU!

Eixe dia ens van dir en la transmissió que li donaven el alta i que seguiria en rehabilitació. Ens despedim d’ella i de sa mare, que havia vist jo les tres vegades que la vaig vorer a Aurora. Desitgen  que es recupere totalment, però tot el vist apunta a que així serà.

Jaume Costa (Doctós Càpsulo Prentendós)

Un conejo que estornuda

Camillera Juanola Pastilla (Mado Vidal)

Visitamos a Kael, de dos añitos, en el Hospital La Fe. Las enfermeras nos habían dicho que la situación del peque era muy complicada, ya que llevaba dos o tres meses allí, esperando un trasplante. Su mami estaba solita, sin familia y sin apoyos, tenía mucha ansiedad y nos contaban que, sin querer se la transmitía al chiquitín, que estaba temeroso, no sonreía y lloraba enseguida por todo. Mina Mercromina (Asun Cebrian) y yo, entramos con cuidado, suavecito, saludando y con musiquita… y de repente aparece «Conejo» (la marioneta que guardo siempre en el bolsillo), empieza a bailar, le saco la escobilla del WC como si fuera una flor y al olerla Conejo estornuda. Fue entonces cuando Kael, que seguía atentamente los movimientos del conejo, al ver que había estornudado, y que al volver a oler la flor, volvía a estornudar, se puso a estornudar adrede. Si Kael estornudaba, el conejo estornudaba, y otra vez, y otra. Así empezó a repetirlo cada vez más rápido. Se incorporó en el sofá cada vez más excitado, más divertido. Parecía que estaba sacando rabia, estaba controlando la situación, estaba pasándoselo pipa. Luego el conejo se sonó en un pañuelo muuuy largo que volaba y temblaba al sonarse. Nos fuimos despidiendo, pero el pequeño no nos quería dejar marchar, porque comenzó de nuevo a estornudar a propósito como intentando retenernos. Estornudando salimos de la habitación con una sonrisa en la cara, como la de Kael. 

Mado Vidal (Camillera Juanola Pastilla)

El rugido de Félix

Doctor Max Recetax (Sergio Claramunt)

En la Unidad de Trasplantes del Hospital La Fe de Valencia, un médico nos pidió poner especial atención con Félix, un niño oncológico de 5 años que estaba muy triste y deprimido. Llevaba mucho tiempo sin salir de su habitación aislada y en ese momento se encontraba con su mamá. Ese día me acompañaba la Dra. Zirujuana (Mariló Tamarit) y el enfermero Leucocito (Vicent Sanchis), que hacía sus primeros días de intervención. Cuando llegamos a su cuarto vimos que Félix estaba llorando, según dijo, porque la medicación que le estaban inyectando le hacía daño. La enfermera apurada, no entendía por qué. Viendo el estado del pequeño, nos pusimos manos a la obra. Después de presentarnos, la Dra. Zirujuana le dijo que hoy traíamos una canción de adivinanzas y él tenía que averiguar de qué animal se trataba, ya que los dos tontos que le acompañábamos no acertábamos nunca. Al comenzar la canción su madre comenzó a grabarnos. “Así luego os puede volver a ver” nos comentó. Al finalizar cada adivinanza Leucocito y el Dotor Max (el nombre de mi payaso) nombrábamos animales disparatados, que nada tenían que ver con el buen resultado. En ese momento, Félix entre sollozos decía el animal correcto y todos los presentes celebrábamos su buena respuesta. Con cada animal repetíamos el mismo procedimiento, hasta que el peque, en la cuarta adivinanza, ya había dejado de llorar.

Una vez acabada la canción, observé que la repisa de su ventana estaba repleta de aviones y naves espaciales súper chulas. Atraído por esa extraordinaria colección de juguetes, me acerqué y cogí uno. Sin ningún disimulo, me lo metí en el bolsillo diciendo: “Me encanta. ¡Me lo llevo!”. Enseguida, Zirujuana me llamó la atención. Me ordenó que la dejara diciéndome que no podía llevármela, ya que era de Félix. “Entonces – dije yo – me llevo este”. Dejando la anterior cogí otra nave espacial y me la volví a guardar en el bolsillo. “¡Noooo!”. Volvió a reñirme Ziru: “Ese también es de Félix”. Sorprendido, pero haciéndole caso, la dejé, pero acto seguido cogí una nueva. De esta forma, fuimos repitiendo la maniobra hasta que el niño se unió a la reprimenda de la payasa con el rugido del león que había practicado en la canción de las adivinanzas. Los sustos que me provocaba y las reacciones asustadizas de mi payaso, hicieron que Félix comenzara a reír cada vez más. Las risas del chiquillo cada vez eran más sonoras, y con los sobresaltos y aspavientos de Max salimos de la habitación huyendo de aquel “león” cada vez más furioso y tronchado de risa. Los llantos que encontramos al entrar se habían transformado en carcajadas. Una vez más, el poder del clown, la magia payasa y la eficacia de la escucha, habían forjado el prodigio. Al salir de la habitación nos miramos los tres fascinados.

Sergio Claramunt (Dotor Max Recetax)

Un mamut que quería volar

Doctora Vacuna (Laura Suñer)

En el Servicio de Oncología del Hospital La Fe estaba Fermín de 8 meses, otro nuevo diagnóstico reciente. Su mamá llora en el pasillo, cerca de la puerta. No puede creer la realidad de su pequeño. Logramos que le asome una sonrisa al darle la vuelta, en lo posible, a la situación y prometerle que lo haremos bien, que no llore, que cantaremos lo mejor posible. Y Fermín, que sonríe un tanto extrañado cuando nos ve entrar a su habitación, mira de soslayo a su abuela que lo sostiene, lo anima a escuchar nuestra canción “El mamut”: “Un mamut chiquito que quería volar…” El chiquitín baila, se mueve como volando cual mamut chiquito, al final tira el chupete como muestra de alegría. Y su recién llegado abuelo, de sonrisa amplia y energía protectora, también participa de buen grado con nosotras, aplaudiendo, apoyando nuestra actuación. Dicen que la esencia de la sabiduría es la total aceptación del momento presente. Dicen que la falta de aceptación de lo inevitable es fuente de sufrimiento y de desarmonía… pero, ¿quien deja de sufrir con estas grandes pruebas que pone la vida? ¿Cómo confiar entonces en el equilibrio de la vida, en la armonía del universo? ¿Cómo aceptar el momento presente, con las cosas en el modo en que suceden? ¿Cómo aceptar los límites de la vida y los reverses de destino? ¿Se puede restablecer el equilibrio perdido…? Sobre mis pasos, flotando, me quedan estas reflexiones cual nube en forma de mamut que aprende a volar…

Laura Suñer (Doctora Vacuna)

El primer choque

©payasopital-9645

Mina Mercromina (Asun Cebrian)

Elvira, de 7 añitos, se encontraba en el servicio «Hospital de día» del Hospital Universitario y Politécnico La Fe. Los sanitarios estaban aplicándole su tratamiento. Compartía habitación con otra niña, un poquito más mayor que ella. La enfermera nos advirtió que los payasos no le hacíamos mucha gracia, pero que lo intentáramos a ver qué pasaba.

Doña Urgencia (Jimena Cavalletti), mi compañera de ese día y yo, nos asomamos a la puerta. Dirigiéndonos a la otra nena, preguntamos si se podía pasar. Por el rabillo del ojo ya vimos cómo la pequeña Elvira se escabullía entre las sábanas.

De pronto, dentro del juego, mi colega y yo nos chocamos. Notamos una leve risa. Fue entonces cuando vimos unos ojillos, con sus gafas rosas, que se asomaban entre la  blancura de la cama. En aquel mismo instante comprendimos cuál era la escena que debíamos desarrollar. Chocábamos con todo lo que había a nuestro alrededor: paredes, camas, sillas… Elvira y su compañera empezaron a reírse a carcajadas, al igual que sus mamás y el personal sanitario. Cuando nos íbamos a marchar, nos pidieron hacernos una foto todas juntas y su mamá nos dijo: «Os la habéis ganado al primer choque». Nos mandó las fotos a Payasospital: Elvira estaba con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Menudo cambio!

Asun Cebrian (Enfermera Mina Mercromina)

La màgia de Paco

Jaume DIC2.jpg

Dr. Càpsulo Pretendós (Jaume Costa)

Volia parlar-vos de Paco, un xiquet oncològic de 7 anys, i de la seua incomoda actitud de rebuig a nosaltres tirant-nos de la habitació i cridant: “¡Fuera! ¡Fuera!”. Fins i tot recorde que la primera vegada que el vaig vorer a La Fe anava amb la Doctora Esparadrapa (Elena Donzel) i ens va tirar fins i tot algun objecte. Als seus pares els encantem i els sap mal que a vegades siga tant agressiu amb nosaltres (i supose que també amb la resta del món). Jo he vist a Paco tres vegades, la primera es aquesta que ja he comentat anant amb Esparadrapa i evidentment no varem entrar. En canvi les altres dos vegades que he vist al xic ens ha rebut molt bé. Com per exemple un dia amb la Infermera Mina Mercromina (Asun Cebrián). A sa mare li va encantar que anàrem i a Paco pareix ser que també, perquè de seguida ens va mostrar amable amb nosaltres i ens va obsequiar amb diversos números de màgia, alguns que li van sortir bé i altres com a nosaltres en s’urgeix en les nostres absurdes intervencions. Això sí, quan va acabar la seva actuació començava a canviar la actitud i posar-se nervioset. Sa mare es va disculpar al final. Es la màgia de Paco. Si tens sort et rebrà bé, si no cuida-ho pots resultar ferit. Es la energia del moment.

Jaume Costa (Dr. Càpsulo Pretendós)

Blog de WordPress.com.