Tirador oficial

Supervisora Remedios (Esther Ramos)

Miguel Ángel, tenia 4 anys, i estava per un problema de otorrino. Este dia anàvem amb el trio. Només obrir la porta assome el nas la doctora Esparadrapa (Elena Donzel) i tot seguit Pia (Haydeé Bañales). En una d’eixes que Esparadrapa ix de la visual de Miguel Ángel, em diu, «está todo serio». Aleshores jo calcule com entrar. De repent se m’ocurreix renyir-les dient-lis que ni se lis ocurrisque molestar. Me gire cap al xiquet i li pregunte: «¿están molestando?» i tot seriós diu amb el cap que sí. Jo lis riny i li torne a preguntar si vol tirar-les de l’ habitació, i ell amb una senyal de cap torne a dir que sí. Aleshores comencen a preparar-se i a entrar Esparadrapa i Pia per a que ell lis tire. Començe el joc que cada vegada que una assome el nas, ell amb el braç i el dit dictador, o simplement amb un gest, les fa fora. I mentre jo estic dins l’habitació dient-li que ho està fent molt bé. Al final li faig entrega de la Medalla de Millor Tirador Oficial, mentre Esparadrapa i Pia li canten una cançó des de fora de l’ habitació, prèviament autoritzada per ell. Va ser una habitació molt bonica, perquè des del cabreig que ell teníe vam aconseguir establir un joc amb ell. A més els pares primer li dient: «Però home, no lis tires», fins que van entendre que estàvem jugant. Encara que Miguel Ángel no va obrir la boca en cap moment va entrar en el joc i decidie el que volie que ferem o no.

Esther Ramos (Supervisora Remedios)

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Caras de milagrito

Doña Urgencia (Jimena Cavalletti)

Aquel día en el Hospital La Fe, nos encontramos con Eva, una niña de 5 años con hidrocefalia. Me acompañaba la Doctora Vacuna (Laura Suñer). Hacía muchísimo tiempo que no actuaba en Reanimación y mayores de 4 años. A mí particularmente, es un servicio en el que me gusta trabajar y ese día fue una gozada. Nada más empezar, antes de la transmisión, les regalamos un buen cóctel de malos chistes a las enfermeras. A Vacuna aun no la conocían y a Urgencia, tenían mucho tiempo sin verla. Cuando comenzamos a recorrer los boxes, un séquito de personal nos seguía para ver nuestra labor de cerca. Llegó el momento de ver a Eva. Estaba muy muy flojita. La acompañaba su madre. Nuestra intervención empezó desde la dulzura total, muy suavecito, porque a la niña hasta le costaba mantener los ojos abiertos. Poco a poco apareció la Doctora Vacuna y los ojitos de Eva empezaron a enfocarse. La señora Vacuna se acercó a un perrito de peluche que la niña tenía agarrado y lo invitó a bailar. Los dos comenzaron con un paso para acá y otro para allá, luego giros y saltos. La pequeña estaba cada vez más enfocada y despierta. De pronto comenzó a sonreír hasta reír. ¡Impagables las caras de milagrito de su madre y del personal sanitario!

Jimena Cavalletti (Doña Urgencia)

Un oso en la cama

Auxiliar Analista (Txetxe Folch)

Visitamos a Arturo, de 8 años, con un osteosarcoma (un tipo de cáncer de hueso). Se encontraba en Cirugía Pediátrica del Hospital La Fe. Tiene injertado el pie a la altura más o menos de la pantorrilla para regenerar y después le reconstruirán la pierna. Bueno, una cosa de mecánica increíble. Es impresionante. Antes de entrar mi compañera me indica que entremos despacito y preguntemos antes, ya que es un caso “especial” por la situación emocional. Así que entramos con delicadeza con nuestro: ¿Se puede pasar…? Nos permiten la entrada con alegría. El papá y la mamá están expectantes y apagan la tele. Este gesto facilita un montón nuestra intervención. Arturo nos hace caso… a medias, hasta que me atrevo a dejar más suelta a Analista (mi payasa), con la esperanza de captar su atención. Gracias a las indicaciones de la enfermera Mina Mercromina (Asun Cebrián), Analista se pasa al otro lado de la habitación, se sienta en el sillón, hace bromas con los papas, hasta que, stop: “¡HAY UN OSO EN LA CAMA! ¡CON EL MIEDO QUE LES TENGO!!” ¡¡¡Y Pam!!! Dimos en el clavo. Vuelvo corriendo al lado de Mina, balbuceando. Espero que el oso no se despierte, así que el niño, con el pie “bueno”, comienza a mover al oso, hasta que se lo acerca a la mano, y nos lo tira. Analista y el oso luchan como locos. Felizmente, Mina interviene y duerme al oso, que a veces se despierta. Total. Al fin, lo dejo dormido al lado del niño, sabiendo que él, lo empieza a mover de nuevo con el pie para tirárnoslo otra vez. ¡Buah, qué libertad de humor y de juego! Sin prejuicios y con un poco de provocación, permitimos que el valiente niño, pudiera atacarnos con su oso de peluche, y se riera de lo lindo… ¡Genial!

Txetxe Folch (Auxiliar Analista)

La sucesora de Shakira

Doctós Càpsulo Prentendós (Jaume Costa)

Carolina es una adolescent de 14 anys amb malària, que també van vorer Doña Urgencia (Jimena Cavalletti) i jo, el Doctós Càpsulo Prentendós, al Hospital Dr. Peset. Era de raça negra i molt alta. Sa mare va dir que ens cantarà una cançó. Ella molt tímida no volia, però al final accepta. Nosaltres van pensar que ens cantaria “Malaika” o una cançó africana i ens va sorprendre amb una cançó molt infantil que creguem que era de la sèrie “Violeta”. Amb uns passos de ball que vàrem seguir, molt simples i tontos. Molt divertit.

També es una cosa que ens passa freqüentment, que molts xiquets aprofiten la nostra visita per fer trucs de màgia, cantar cançons o qualsevol altra habilitat que tinguen. De alguna manera exercim com a públic de les seues habilitats i això pense que també es una de les nostres funcions, activar i alliberar les seues qualitats. Som nosaltres els espectadors de grans artistes. SI, SENYOR. ¡Carolina eres la successora de Shakira!

Jaume Costa (Doctós Càpsulo Prentendós)

Aprendiendo a bailar

Doctora Zirujuana (Mariló Tamarit)

Vemos a Séfora, de 12 años. Tiene un síndrome raro parecido al Down. Está en la Unidad de Escolares Quirúrgicos del Hospital La Fe. Lleva un halo en la cabeza, ese dispositivo ortopédico que se utiliza para inmovilizar la cervical y mantener el cuello en su sitio. Su aspecto es bastante impactante, pero ella es toda salero y amor. Nos dice Fina, la enfermera encargada de darnos la información, que no para de decir lo mucho que le gustamos y que está súper pendiente del día que vamos.

Ese día el Doctòs Cápsulo (Jaume Costa) y yo, entramos a su habitación y está comiendo. Ella toma solo triturado. La madre nos pide que volvamos cuando haya terminado porque se puede atragantar de la risa… Pero a Séfora eso no le viene nada bien porque piensa que igual ya no volvemos. Entonces manda a su madre en nuestra búsqueda por el pasillo: “Ya ha terminado, podéis pasar que está esperándoos…” y allí está ella con una sonrisa inmensa, dispuesta a ver cualquier cosa que hagamos.

Le explico a Séfora que Càpsulo está aprendiendo a bailar y que voy a cantar una canción preciosa para que él baile… sin darse ningún golpe. Toco y canto “Instrucciones para bailar un Vals” de El Kanka:

«Debes aprender primero a mover un pie / y después el otro para no desentonar / pensar demasiado no hace falta / hay que dejarse llevar / y acordarse siempre de ir siguiendo el compás…»

Como veis, es idónea para un torpe bailarín como Càpsulo. ¡Encima cada dos por tres se le cae el pantalón y se le ven los calzones de corazones! Séfora no puede disfrutar más. Se ríe, se encana, suspira, comenta… Cuando se encana le preguntamos a la madre si vamos bien y nos dice que sí, pero, bajamos un poco el nivel porque tiene mucho peligro… Nos cuesta mucho irnos. Ella pide más. ¡Ufff… divina!

Mariló Tamarit (Doctora Zirujuana)

Entrar por la puerta

Camillera Juanola Pastilla (Mado Vidal)

En el servicio de pediatría del Hospital Dr. Peset, Doña Urgencia (Jimena Cavalletti) y yo entramos en la habitación de Joel. Bueno, exactamente entrar, entrar, no entramos, porque era una de las habitaciones que tienen exclusa o doble puerta por tener aislamiento. Doña Urgencia entró, pero cuando iba a entrar la Camillera Juanola (el nombre de mi payasa) la puerta se le cerró en las narices y ahí empezó todo. Los siguientes cinco minutos fueron intentos de entrar con golpes a tutiplén. Joel y su abuela se partían de risa. El niño se tumbaba en la cama y se volvía a incorporar. Cuando llevábamos un rato así, entonces Urgencia dijo que le iba a enseñar a Juanola a entrar. Entonces Juanola entró, Urgencia salió, y volvió a empezar aquel disparate. Venga golpes e intentos de entrar infructuosos. Cuando nos despedimos y nos marchamos de allí a golpes, como no, casi todos los niños y niñas del pasillo estaban en la puerta de las habitaciones con sus papis/mamis riéndose y esperando más juerga, pues era la penúltima habitación por la que habíamos pasado y había sido una tarde muy divertida.

Mado Vidal (Camillera Juanola Pastilla)

La energía de Noelia

Doctora Vacuna (Laura Suñer)

En el servicio “Hospital de día” del Clínico, el Doctós Càpsulo (Jaume Costa) y yo visitamos a Noelia. La conocí en mayo del año pasado cuando ingresó como debut en la planta de oncología. La pequeña, de procedencia rumana, con gran mirada y manos inquietas, conectó con el mundo vacuno que acompaña a mi clown, la Doctora Vacuna, desde el primer día.

Seguramente tuvo que ver aquel enorme peluche en forma de vaca al que abrazaba y cuidaba con mimo. Ese día se hizo amiga de la Señora Vaca, mi marioneta, a través de la cual derrochó ternura y juego. Recuerdo que le decía: “Señora Vaca… ¿quiere dormir o bailar?… ¿Dormir?… ¡Vale!…”, y a modo de cuna se la acercó a su corazón, balanceándola y transmitiéndole/me su onda, su latir.

Aquel día Noelia era la única niña que había en el servicio. Así que cuando nos vio entrar se acercó contenta, pegando saltos, sonriendo. Con sus ojos despiertos y la abundante melena despeinada que le adornaba su pequeña cabeza. Dispuesta, y encontrando multitud de posibilidades de juego, nos observaba de arriba abajo. Se quedó prendada al escuchar el sonido de los instrumentos. Miró la flauta travesera y quería soplarla. Su mamá promete que algún día la apuntará para que aprenda a hacerla sonar. Mientras, tocamos y cantamos. A la voz de Natalia: ¡Una, dos y tres! Càpsulo se duerme sobre su mandolina y la niña espera a que se incline para pararlo y evitar que se caiga: ¡Càpsulo!

Es reconfortante contribuir a la alegría de esta niña y verla llena de energía, creciendo, jugando, escuchando con el deseo intenso del que quiere aprender y vivir plenamente.

Laura Suñer (Doctora Vacuna)

Un pinchazo menos

Doña Urgencia (Jimena Cavalletti)

Aquel día en el Hospital de la Plana, en Vila-Real, con mi compañera Laura Suñer, estuvo muy divertido. La Doctora Vacuna (el nombre de su payasa) es un encanto, funciona muy bien con la gente, tiene un sí para todo y es muy muy tonta. Trabaja en un estado de fragilidad que entra muy bien a quien la recibe. Ese día visitamos a una niña, Lidia de 12 años con debut diabético. Nos habían contado las enfermeras que su padre estaba muy preocupado. Nosotras entramos a contar chistes muuuuuuuyyyyy malos y funciono genial. Su padre por momentos se iba de paseo a otro mundo, pero se lo decíamos a la cara y volvía a conectar, hasta el punto que terminó buscando un chiste en internet para contárnoslo a nosotras. Todas partiéndonos de risa y transformando la energía. Al acabar, las enfermeras nos comentaron que antes de nuestra visita iban a ponerle insulina y que después de nuestra visita, el azúcar estaba equilibrado y no hizo falta pincharla. ¡¡¡¡Uffff!!!! ¡Qué alegría dan también estos datos matemáticos concretos!

Jimena Cavalletti (Doña Urgencia)

Una historia de Barbies

Auxiliar Analista (Txetxe Folch)

Miriam de 6 años, es una niña con síndrome de Guillain-Barré. Este trastorno produce el debilitamiento de la musculatura al punto de poder paralizarte. Nuestra pequeña Miriam está postrada en la cama sin aparente movilidad corporal.

Pedimos permiso para entrar y me encantó ver que la mamá había cambiado la cama de dirección. La tenía encarada hacia la ventana, mejorando dentro de las posibilidades, la estancia en el hospital. La niña nos atiende sin expresión. Me presento como Analista (el nombre de mi payasa) y vamos buscando, mi gran compañera la Supervisora Remedios (Esther Ramos) y yo, dónde está escondida la curiosidad y la risa de Miriam.

Observo que sobre la cama tiene una Barbie rosa y muchos vestidos para ella. Analista empieza a coquetear diciendo que ella es una Barbie con pelo rosa, vestidos rosas y… bragas rosas, levantándose el vestido para mostrarles las bragas rosas. Remedios intenta tapar a Analista, explicándole que no puede mostrar sus bragas y Miriam… ¡¡¡se ríe!!! De esta forma encontramos la diversión.

Desarrollamos el juego consiguiendo la complicidad de la niña y de su mamá, que nos aseguraba que las Barbies no hacían eso… Gracias por enseñarnos que, incluso dentro del difícil proceso que les toca vivir, la fantasía y la imaginación todavía tienen cabida.

Txetxe Folch (Auxiliar Analista)

Se asoma un ratón

Dotor Max Recetax (Sergio Claramunt)

Ese día la UCI Pediátrica del Hospital Clínico de Valencia estaba completa. La doctora Eva nos informó del estado de los menores ingresados en ese servicio e inmediatamente después, mi compañero el Profesor Microscopio (Ventura Cano) y yo, el “Dotor” Max Recetax, nos pusimos en acción.

Al acercarnos a la primera cama, nada más vernos, Sandra de 3 años, afectada por una neumonía, comenzó a gritar y lloriquear, rechazando nuestra presencia. Ante tal reacción, solo bastó una mirada entre mi colega y yo para desaparecer del campo visual de la pequeña. Estaba sola, en un medio desconocido y hostil, era comprensible que la niña estuviera desconcertada, nerviosa e irritable. Yo opté por comenzar a hacerle música a un bebé con bronquiolitis que estaba en la cama contigua. Sin embargo, mi compañero sacó a Leo, su marioneta-ratón de biblioteca, y la empezó a asomar por entre los goteros y cajas de guantes que había enfrente de la cama de Sandra. Ante la aparición y desaparición de aquel divertido ratoncito, acompañado de sus ruiditos y vocecillas peculiares, la niña poco a poco abandonó su queja y observó curiosa las peripecias de aquel personajillo. Sin darme cuenta, la música de mi guitarra ponía banda sonora a aquella escena y la pequeña, seducida completamente por Leo, comenzó a reír. Nuestra presencia no le había gustado, pero las aventuras de ese leído roedor la tenían embelesada.

Más tarde, llegó la madre de Sandra y cuando nos íbamos de la UCI, la peque nos decía adiós con la manita y nos tiraba besitos. Por supuesto, Micro y yo, salimos encantados y sorprendidos porque, una vez más, la magia titiritera había dado excelentes resultados. Una gran ovación para Leo, ese fantástico ratón de biblioteca.

Sergio Claramunt (Dotor Max Recetax)

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